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Doce Notas Nº 7 (ref1)


junio-octubre 1997

Agotada la edición impresa

Dibujo de portada: Esther Ferrer.

 

 

 



PVP: 3,00€

SUMARIO

Educación
 5  ¡Que no te pille la LOGSE! Mª Luisa Santisteban/Luis Calderón.
 7  Entrevista con Luciano G. Sarmiento. Mónica Torre.
11  Los retos de la enseñanza profesional de la música. Marisa Manchado.
12  Entrevista con Rubén del Río. J. E Guerra.

Instrumentos
14  El arpa: eco de los siglos.
16  La aventura de construir arpas antiguas. Pedro Llopis/Juana María Delgado Bello.
18  Entrevista con M´ Rosa Calvo Manzano. Vanessa Montfort.
24  La tablatura española para tecla y arpa. Nuria Llopis.
29  El arpa en el siglo XX. Susana Cermerio.
32  El arpa barroca española como obsceno objeto de deseo. Ana Alberdi.

Opinión
34  Siete por siete. Zayinde Francisco Guerrero. Stefano Russomanno.
36  La propiedad privada ¿Dominio público? José Luis Turina.
39  La guitarra de luto. Jorge Fernández Guerra.
42  Discos. Jorge Fernández Guerra.
52  Mordentes. Juan María Solare.
55  Entrevista con Consuelo Díez. Jorge Fernández Guerra.
57  Un día con la Orquesta Nacional. Vanessa Montfort
62  Agenda.
64  Festivales.
69  Cursos de verano.
73  Concursos.
74  Cajón desastre.
78  Distribución de Doce Notas.


Editorial

El curso termina y deja paso a los cursos de verano.
Este fenómeno, nacido con la mejor intención, se proponía
aligerar unas vacaciones que, para una actividad
tan necesitada de ejercicio continuo como la música, resultaban
muy largas. A ello se le añade el interés de conocer
otros climas, nuevos compañeros y, quizás, otros profesores
y metodologías. La idea ha resultado tan buena que se ha
convertido en un fenómeno universal y sus mayores riesgos
se derivan, precisamente, de su proliferación casi incontrolada.
Hay cursos de verano espléndidos, tanto por su envergadura
como por las prestaciones y el entorno que prestan al
estudiante; algunos resultan muy razonables en términos económicos,
sea porque cuentan con subvenciones locales o
porque están amparados por instituciones o fundaciones de
renombre. Otros asumen el riesgo de cobrar el precio de la
educación si no íntegra sí, al menos, cercana a los costes
reales de lo que vale un curso. Pero, en general, nadie se
arriesga a organizar un curso de verano si no tiene algo que
ofrecer o expectativas razonables de valorarlo. El interesado
hará bien, pues, en leer la letra pequeña e informarse de aquellos
que le llamen la atención. Subrayemos, por último, que en
la proliferación de cursos se esconden ciertos malos hábitos
de algunos profesores que, con la excusa de aconsejar a sus
alumnos cada paso que deben dar, los orientan hacia cursos
en los que, por unas razones o por otras, tienen intereses no
siempre confesables.
Requiem por un juego
Nuestro clásico juego de Penetración musical, consistente
en adivinar la serie dodecafónica formada por el orden de
nuestras doce notas ha cumplido su segunda revista consecutiva
sin ninguna respuesta, ni buena ni mala. Ha llegado,
pues, el momento de pensar que someternos a la disciplina de
encajar doce artículos o temas de nuestra revista para algo
que no interesa a nadie constituye un lujo. Antes de despedir
un juego tan ligado a nuestro propio nombre damos la serie
que nadie ha querido o podido adivinar: Moisés y Aaron, de
Schoenberg.