|
||
Cerrar esta ventana |
febrero-marzo 1999
Ilustración de portada: Foto de Agustín Muñoz.
PVP: 3,00€
SUMARIO
Educación
5 El accidentado viaje al centro de la educación musical. Jorge Fernández Guerra
6 El lío de la ESO. Ana Alberdi, Juan Dionisio Martín, Ángeles Galán y Eduardo Pérez Maseda
7 Dosier educación musical temprana
8 Entrevista con Mg Paz Echenique, Vanessa Montfort
9 Entrevista con Sofía López-lbor, Ana Serrano
11 La Rítmica de Dalcroze y la Educación temprana, Enrique Fuentes
15 El método Suzuki, Ana Serrano
17 Las impresiones de profesoras del método Suzuki, Arantxa López, Ruth Prieto, Mª Jesús Cano
18 Entrevista con Luis Estrella, Vanessa Montfort
20 Las escuelas de música y la educación musical temprana, Enrique Fuentes
22 Información de la ADEMUM
Instrumentos
25 Dosier flauta travesera, Paula Vicente
Historia, entrevistas con Joaquín Gericó y Salvador Espasa, modelos, marcas, precios, cursos y publicaciones
35 Mordentes, Juan Maria Solare
38 Libros, partituras, novedades
46 Discos
53 Actualidad
56 Agenda de conciertos
62 Breves
63 Cursos y concursos
66 Cajón desastre
Las andanzas de un nuevo Fígaro, Lucas Bolado
La botica encantada, Elena Montaña
68 Boletín de suscripción
70 Distribución de Doce notas y Pequeños Anuncios
Editorial
Se acabó la diversión. La "Esperanza" nos ha abandonado, como si hubiéramos llegado a las puertas del Averno. Los tres años que lleva existiendo Doce notas han coincidido con el rudo periodo de Esperanza Aguirre al frente del doble Ministerio de Educación y Cultura.
En esos tres años, nuestra revista se ha convertido en una referencia imprescindible para la educación musical, y sería injusto
no reconocer la deuda contraída con ella. Cada pifia del Ministerio ha ido aupándonos a un rango más alto.
Desde aquel histórico número 4 de Doce notas en el que narramos, a ritmo de rap, la mayor tropelía cometida contra un
equipo educativo a cargo de una coalición de astrosos intereses, nuestra publicación subía y subía. Pero no ha podido ser
más, Esperanza nos ha dejado solos ¿Qué puede suceder, a partir de ahora, con un Ministro al que todos presentan como dialogante?
Es horrible. Nuestra páginas aburrirán y la educación musical se convertirá en una balsa de aceite; las medidas legislativas
pendientes se resolverán con celeridad; las transferencias educativas serán armónicas y los responsables locales todos
maravillosos; los centros públicos se dotarán convenientemente y quizá hasta dejen de parecer la redacción de La Farola.
Pero, ¿quién leerá con avidez, como hasta ahora, nuestra revista? En fin, nos hemos consolado mirando nuestro glorioso pasado,
cuando éramos los únicos en decir cosas que, por lo visto, sólo eran terribles para nosotros. Un ejemplo, cuando Esperanza
cesó a la consejera Elisa Roche, nos atrevimos a decir que tal cese estaba en el límite de la legalidad. Pues, bien, un juez acaba
de dictaminar que no era en el límite, que era directamente ilegal.
Nos queda un consuelo: quizá no todo sea tan coherente y algún responsable político o administrativo maligno permanezca
agazapado en los pliegues de un Ministerio complicado, o quizá las Comunidades Autónomas decidan que el arte de la
zancadilla, tan bien aprendido, no puede desaparecer así. Entonces, Doce notas recuperará el brío y quizá pueda seguir cumpliendo
la misión que el azar y la necesidad le han encomendado.