Doce notas - Música y DanzaDoce notas - Música y Danza
 
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Doce Notas Nº 17 (ref1)


junio-septiembre 1999

Ilustración de portada: 5.425+. Agence Grore Image. Ph. Mairesse



PVP: 3,00€

SUMARIO

Educación
Dosier El jazz en la enseñanza
  5  El jazz y la educación según el Orff-Schulwerk, Doug Gooclkin
  8  Entrevista con Pedro Iturralde, maestro de jazz, Ana Serrano
11  La concepción armónica del jazz y su aportación a la enseñanza musical, Claudio Gabis
14  El delicado camino de la improvisación, Michel Pellegrino
15  Tradición oral en vía de extinción, Pedro Sarmiento
16  La enseñanza del jazz en el grado superior. Encuesta con Luis Cabrera, Horacio Icasto, Javier López de Guereña,
      Joan Albert Amargós, Pedro Sarmiento. Paula Vicente
18  Movida en los conservatorios.
20  Información ADEMUM

Instrumentos
23  Dosier clarinete
      Historia, enseñanza, modelos, marcas, precios, cursos y publicaciones
30  Actualidad y novedades

Publicaciones
35  Monos, ranas y otras faunas polifónicas, Stefano Russomanno
42  Partituras y libros
51  Discos
57  Mordentes, Juan María Solare
58  Verano´99, información de festivales
66  Agenda de conciertos de Madrid
68  Cursos y concursos
74  Cajón desastre
      Las andanzas de un nuevo Fígaro, Lucas Bolado
      La botica encantada, Elena Montaña
77  Boletín de suscripción
78  Distribución de Doce notas y Pequeños Anuncios

Editorial
EI Plan del Grado Superior que se avecina, y del que hemos dado cumplida cuenta en el número anterior, ofrece como una de sus novedades más características la introducción de la enseñanza del jazz, el flamenco y la música antigua. Con ello se da comienzo a una aventura
que no por que se haya hecho esperar demasiado se encuentra libre de interrogantes.

En el presente número hemos querido abordar la problemática de la enseñanza del jazz, una enseñanza que puede airear muchos espacios cerrados del ámbito clásico, pero que remite a una práctica en la que nuestro país ocupa una posición nada favorable. Los primeros problemas que plantea el jazz son los de definir un marco real. El jazz no es un género de laboratorio, la práctica siempre precedió a la teoría.

Aún estamos pagando el que un músico práctico de la talla de Pedro Iturralde fuera desaprovechado para la enseñanza del jazz cuando estaba en posibilidad de crear toda una escuela que hoy sería la base de esos maestros que nos harán falta. lturralde dio clases en el Real Conservatorio de Madrid, sí, pero de saxofón clásico y si algo de jazz hubo debió de ser a escondidas. Así somos nosotros de chulos. Si el jazz se regula a nivel superior, falta saber cómo se va a aprender con anterioridad; si ese no es el problema de la enseñanza pública. que quede claro y las escuelas que llevan años haciendo ese trabajo podrán centrarse en ello.

Si no se cree así que se articule un plan de estudios públicos para que el jazz en el grado superior no sea una entelequia. En todo caso, lo peor será mirar para otro lado. Hay otro aspecto que la enseñanza del jazz despierta, el de la improvisación. Muchos se inquietan ante el hecho de que la improvisación sea sólo una práctica tangencial de otras materias.

Para el jazz la improvisación es un eje de su actuación y bien llevada podría ayudar mucho a aliviar esa parálisis que afecta a tantos estudiantes que se pasan años ante papeles, sin liberarse de esa atadura que no les deja sentir la música con mayor gozo. En fin, como quien dice, los problemas no han hecho más que comenzar y habrá que estar a la altura de las circunstancias.