Doce notas - Música y DanzaDoce notas - Música y Danza
 
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Doce Notas Nº 37 (ref1)


Junio - septiembre 2003

Portada : Los nuevos españoles 5.
Alberto Mvundi, 2003.



PVP: 3,00€

SUMARIO


Educación
9 Diez años de reforma IV: El grado superior: un largo camino irreversible. Elisa Roche.
14 Música en secundaria a partir de la LOCE. Isabel Domínguez-Palacios.
21 El "basta ya" de los alumnos de Enseñanzas Artísticas. FEAACSEA.
21 Una implantación con perjudicados. Almudena Cano.

Opinión
22 Música para vivir. Concepción Gutiérrez.
24 El violín según Hoppenot. Josep-Lluís Puig.
25 En clave de estética. Historia (I). José Luis Nieto.
26 Mordentes. Una carta de Ligeti. Juan María Solare.

Instrumentos
27 Entrevista a José Luis Romanillos y Marian Harris. Cristina Bordas.
28 ¿Instrumento nuevo? ¿Instrumento antiguo? Jordi Pinto.
33 Francia apuesta por la enseñanza profesionalizada de la construcción de instrumentos. Gloria Collado.

Otras secciones
35 Publicaciones: libros, partituras y discos.
44 Actualidad.
54 Crítica Conciertos para niños.
56 Agenda de Madrid.

Cuaderno de notas (En páginas centrales)

1 Fiesta de la Música 2003. Javier Martín Jiménez.
4 Actualidad
9 Danzaterapia. Raquel de las Heras.
10 Musicoterapia de orientación gestáltica. Marisa Manchado.
12 El ordenador en la clase de guitarra. Grupo de Trabajo "Guitarraldía"
14 Cursos y Concursos.
15 Distribución y pequeños anuncios.
     
EDITORIAL
El curso actual toca a su fin y pocos parecen los problemas atrasados a los que se haya dado vía de solución. El capítulo IV del magistral recorrido que Elisa Roche está publicando en estas páginas sobre la reforma educativa muestra que el asunto del grado superior va a acompañarnos como problema durante bastante tiempo, y es que ahí se han refugiado los principales fantasmas del pasado. Los fieles seguidores de Doce Notas conocen bien una historia que ha acompañado a nuestra revista casi desde su nacimiento.

Corría el número cuatro de DN cuando nos vimos obligados a levantar la voz para denunciar un sainete en el que se vieron inmersos un suplemento cultural que jugó a aprendiz de brujo, unas autoridades ministeriales cargadas de malas razones y una serie de prohombres (catedráticos de ese Atapuerca musical que es el Superior de Madrid), "grandes nombres" indignados por trabajar un par de horas más a la semana, lo que después de todo nunca hicieron, y unos ceses que aún abochornan por su arbitrariedad y por la larga cola del mal realizado. Y una vez más, todo por hacer.

Aunque parece que en el Titanic de Atocha algún que otro alumno comienza a mosquearse y a darse cuenta de que la fuerza está en ellos, si es que está en algún sitio. De la Ley de Calidad, en la parte que le toca a la música, el debate promete ser largo y, como en tantos otros desbarajustes, quizá sea útil una agresión más para que nuestra sociedad tome conciencia de dónde estamos. Pero el verano nos trae más cosas, y algunas vienen de la mano de nuestra publicación.

Es el caso de la Guía de Conservatorios y Escuelas de Música en España, cuya segunda edición se está convirtiendo en un acontecimiento tras los magníficos servicios prestados por la primera. Y aún hay más, porque volvemos a la carga con la segunda edición de la Fiesta de la Música en Madrid el próximo 21 de junio. Este año se unen más instituciones (algo alucinadas del éxito de la primera), y el Círculo de Bellas Artes de la capital promete ser tanto un jolgorio como un fiel termómetro de las ganas de mostrar que la música es mucho más de lo que se creen los sordos habituales.

Y si nos congratulamos de este éxito, no es sólo porque sea iniciativa nuestra, es debido al entusiasmo de tantos por la música, por mostrar eso que siempre hemos creído: que es la actividad ideal para unir el sentido lúdico con el contacto social, la sensibilidad con el desarrollo de nuestras mejores cualidades. En fin, que el verano nos ayude a todos a descansar, y para los que tengan "mono" siempre quedarán los festivales para combinar solaz e instrucción, si esto último les suena a algo así como Giner de los Ríos, las misiones pedagógicas o el Café del Pombo, llámenlo como quieran: diversión tranquila, turismo ilustrado, noches frescas aureoladas por una brisa sonora mágica, una "expresión más elevada que la filosofía"…, o callen; es música.